No hace falta irse muy lejos para pasar una buenas vacaciones, mejor dicho para pasar las mejores vacaciones. Hay muchas ciudades o países impresionantes, que salen por la tele. Hoteles de lujo, piscinas, jacuzzis y un montón de cosas más que podrían ser la envidia de cualquiera. Pero la mía no. Cerca de Francia, justo en Girona, hay un pequeño pueblo de pescadores. Este pueblo se llama Sant Pere Pescador. Estuve en un camping que hay a las a fueras. El camping se llama Ámfora. No era demasiado grande, pero tampoco era pequeño. Habían tiendas de campaña y también bungalows. Nosotros (mi familia y yo) estuvimos en un bungalow. Por las mañanas, solíamos ir a la playa, a bañarnos, y de vez en cuando a tomar el sol. Cómo en la playa, a veces me aburría, me llevaba un libro y me ponía a leer. También me gustaba ir a la piscina, a visitar pueblos, a hacer rutas por la montaña... Estaba claro, que aunque no hubiera Internet, ni tele, nunca te aburrías. La gente que había allí, raramente era española, unos cuantos eramos catalanes, y la gran mayoría eran o bien franceses o holandeses. Aún así, yo ya me entretenía con mis hermanas. Estuve unos días de julio y diez más de agosto. Mi cumpleaños es el seis de agosto. Así que dio la casualidad que lo celebré allí. Aquel día, yo me pensaba que no tendría regalos, ya que no estaba en mi casa y no era tan fácil llevarlos hasta allí. Pero me equivocaba. Ésa mañana, fuimos a la playa, cómo solíamos ir cada mañana. No hice nada de especial. Me bañé en la playa, leí un rato... Al mediodía, cuando llegamos a casa, nos pusimos a comer. La comida de aquel día me gustó mucho. Espaguetis con carne. Ésa comida me gusta mucho. Cuando acabamos de comer, por sorpresa, mi madre trajo un pastel. Bueno, no era exactamente un pastel. Tenía la forma de pastel, pero era medio helado. Tengo que decir que estaba buenísimo, la verdad. Bueno es que a mi me gustan mucho los helados, como a la mayoría de la gente. Mientras nos comíamos el pastel, mis hermanas, fueron al “lavabo”. Cuando volvieron a la mesa, traían una colchoneta para utilizarla en la playa, un pareo... Esos fueron los regalos de mis hermanas, Laura y Ester. Los regalos me gustaron mucho. Al cabo de poco, mi madre y mi padre llegaron con una bolsa pequeña. Yo ya me imaginaba lo que sería, porque lo había pedido y por el logotipo de la bolsa. No me equivocaba. Era un móvil nuevo. Me gustó muchísimo. Sin enterarme, mi padre estaba con la cámara de vídeo, grabando. Cuando eran las ocho aproximadamente, nos subimos al coche y nos fuimos a Roses. Una ciudad que está bastante cerca. Llegamos a una pizzería llamada “La Gana”. Las pizzas que hacían ahí estaban muy buenas. Otra casualidad que hubo, es que mis primos y mis tíos, estaban veraneando en un hotel, también en Roses. Mis padres habían quedado con ellos, después de cenar, porqué no pudieron venir a cenar. Nos encontramos con ellos sobre las diez y media, mas o menos. Paseamos un rato por el paseo marítimo, y luego llegamos a una heladería. Mis primos, mis hermanas y yo nos pedimos un helado, y mis padres y mis tíos una bebida. Estuvimos allí un rato, y mis tíos me dieron treinta euros de regalo de cumpleaños. Después ellos se fueron al hotel y mis padres, mis hermanas y yo al camping ¡Ése día me lo pasé muy bien!
En el camping dónde estaba, cada noche hacían algún espectáculo: conciertos, teatros... Una tarde, yo y mi hermana, estábamos paseando por el camping tan tranquilas, cuando de repente nos encontramos a unas monitoras del camping. Nos dijeron que ésa noche hacían un “miss Ámfora”. Nos preguntaron si estábamos interesadas en participar, que les faltaban dos niñas. Nosotras dijimos en seguida que no, pero ella insistió mucho diciéndonos que nos lo pasaríamos muy bien... Insistió tanto, que al final tuvimos que ceder. Estábamos muy nerviosas, para empezar, no sabíamos que ropa ponernos. Lo único que me tranquilizaba, era saber que habrían cinco niñas más. Cuando llegué al sitio donde se celebraba, vi, que todas las chicas eran mucho más mayores que yo. Algunas tenían diez y siete, diez y seis años... Ya no sabia que hacer. Al final, tuvimos que salir al escenario, muy nerviosas pero bueno. Cuando bajamos del escenario, me dí cuenta de que no había sido para tanto. Al final dieron el premio. Ganó una chica francesa de diez y siete años. La verdad, es que la monitora tenía razón; la experiencia no la olvidaría nunca, eso si, no se si para bien o para mal. Supongo y espero que para bien.
Cerca de ahí, estaba la Escala. Cuando mi hermana Laura y yo eramos pequeñas ( la Ester aún no había nacido) nos fuimos de vacaciones a la Escala. Nos hicimos una foto en la playa, en un paseo que hay ahí. La foto la tengo colgada en mi habitación. Un día de los que estábamos ahí, fuimos a pasear por el mismo camino que hicimos hace unos diez años. Nos hicimos una foto justo en el mismo sitio donde nos la hicimos cuando eramos más pequeñas, pero esta vez, la Ester también salía en la foto. La foto esa, la queremos revelar y colgarla al lado donde tenemos la otra foto.
Los últimos días pasaron muy rápidos. Me gustaría haberme quedado más tiempo. En total estuvimos trece días. El último día, cuando ya veníamos para Terrassa, decidimos irnos a Cadaqués, un pueblo, también de pescadores. Este pueblo es conocido, básicamente por Salvador Dalí. Nació en Figueres, pero pasaba largas temporadas en Cadaqués para pintar. Allí tenía una casa dónde hacía las pinturas. Actualmente esa casa es un museo. No pudimos entrar, porque tenías que reservar previamente. Estuvimos visitando el pueblo y compramos tres postales; dos para la familia y una para una amiga de mi hermana. Al mediodía, fuimos a un pueblo cercano a comer. La comida que había ahí estaba muy buena, y de postres había bufete libre, así que ya me veis comiéndome unos cuantos postres. Cuando acabamos de comer, ya estábamos muy llenos y nos dirigimos para Terrassa. De camino a casa, paramos un par de veces a descansar. Cuando llegamos a Terrassa, a nuestra casa, eché mucho de menos estar en el camping de Sant Pere Pescador. Pasar las tardes en la piscina, leer en las tumbonas del jardín, ir a la playa de buena mañana... Y no fui la única que lo extrañó; el resto de mi familia también les hubiera gustado haberse quedado allí. Por cierto, se me olvidaba decir que ya era el segundo año que habíamos estado en ese pueblo. Exactamente en ese camping. El año que viene, me gustaría poder volver a ir. En estas vacaciones, he aprendido muchas cosas. He estado trece días sin Internet, sin televisión... También practiqué un poco el francés, para comunicarme con la gente. A parte de esas cosas, que para mí son muy importantes, he podido escribir este relato de viaje.
He estado en muchos sitios diferentes en todas las vacaciones, pero sin duda, estas han sido las mejores vacaciones de todas.
Núria Sánchez 2ºB